sábado, 29 de diciembre de 2012

¿Bienvenido Mr. Marshall?

      Los tiempos cambian, pero como ya mostraba Berlanga en Bienvenido mr. Marshall, los americanos en algunos asuntos, no eran ni son la panacea. Estadounidenses junto con ingleses, australianos, canadienses etc. Son los "dueños" de la lengua franca, o sea, la lengua vehicular en este nuestro mundo. No hay duda de lo práctico que resulta conocer dicha lengua, parte de su cultura, además de la literatura que nos brindan grandes autores como Shakespeare, Dickens, Byron, Hemingway, etc. A todo esto hay que sumar una serie de rasgos culturales, a modo de elementos de un proceso de aculturación continuo, al que el resto de la sociedad occidental está sometida, o sea, estamos sometidos. Si nos referimos al ámbito educativo, que es el que nos atañe en nuestro periódico escolar. No somos capaces de olvidar la última desgracia educativa acaecida en EEUU. Una tragedia, otra historia de violencia en la educación norteamericana. La coherencia nos haría imaginar a todas las instituciones, a las autoridades políticas y a la sociedad en su conjunto, tocar los resortes adecuados para minimizar la violencia en general y en el ámbito educativo en particular. Deberían concienciar a la sociedad que tanto la violencia activa, como la pasiva generan violencia. Pero por desgracia, parece ser que el resultado es el contrario, todos estos hechos pueden hacer que se busque la solución en más protección armada. No puedo evitar que la imaginación se me vaya a una escena patética a la vez que penosamente graciosa, en la que en la sala de profesores del colegio de la Vallina, maestras y maestros posamos nuestras cartucheras con balas y pistolas encima de la mesa, mientras tomamos la manzana y el café.

Por eso, en ocasiones hay que decirle a Mr. Marshall:
 "por favor, no vengas y quédate ahí".

Ángel Bárcena

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